el ombligo del mundo

Hoy entendí o al menos le concedí una explicación pos-academica de por qué Cuzco fue considerado por los propios incas como el ombligo del mundo. Hacer referencia a la prosperidad y notable centro del universo pueda que en algún momento haya sido convincente. Quiero resaltar que personalmente extiendo la noción otorgada a Cuzco a todo el Perú, pues particularmente Cuzco es un símbolo de alta representatividad del país. Por otro lado hasta hace poco asumía la colectiva creencia que se refería al hecho de ser el centro del mundo con fines de potenciar el caudal turístico por excelencia, sin embargo esas nociones hoy fenecieron. Un profesor español que dicta ética en buenos aires fue el causante de mi apertura de significado y posibilidad de acierto interpretativo. Por motivos circunstanciales y razones que serían muy largo de explicar, llegó a una reflexión sobre lo que significa verdaderamente el ombligo, esa huella de nacimiento que cada uno tiene. El ombligo es una cicatriz que habla de dónde venimos, de lo que somos, es la única parte del cuerpo que puede ser capaz de contar una historia. Es la huella que nos recuerda que venimos de alguien, que nos remite a nuestra dependencia original, que hace que siempre tengamos que valernos por algunos medios accesorios para llegar a algo o a alguien. El ombligo nos recuerda que somos frágiles, que solos no podemos. Desde ahora cuando alguien se refiera a Perú como ombligo del mundo, será sólo para recordarme su existencia como país de dependencia original, con necesidades de atención permanente, capaces de ser el centro de atención con sus desgracias y ocurrencias urbanas. Somos el ombligo y lo seguiremos siendo pues llegar a ubicarnos como un país sin necesidad de dependencia por parte de otros países y organismos es una clausula que sólo morfeo podrá ver.