marzo 27, 2008

soñemos

Soñar es algo que no me cuesta, la facilidad con la que se me mezclan las situaciones, objetos y personas es tan sobrenatural que me autocongelo en mi contexto lúdico. Una mezcla de extravagancia y surrealismo sofoca mi imaginación y me mantiene meditabunda después de los primeros minutos de despertar. Están los sueños recurrentes, los irreverentes, los coloridos, los antiguos, los inverosímiles para mi gusto, los anhelados y los que más temor me causaron: los profetizados.
La mente es tan poderosa e increíble que no hay quien la pare, ni el estimulo más minúsculo la distrae, al contrario la alimenta cada día para hacer de la suya durante la noche. Cuando Pablo me contó sobre un taller de interpretación de sueños, me sorprendí que algo así existiese y mi afán experimentador no dudo en comprobarlo personalmente. Así conocí a AnaCé, una sicóloga especializada en psicoterapia a través de los sueños. Así conocí mis sueños desde otro punto de vista, así me autocomprendí, autodescubrí y pude dar fin a algunos de esos malestares cotidianos en los que la mente se enreda.
Ahora sé que los sueños no siempre son literales. Cada elemento no es gratuito y nosotros somos todos los elementos. Cada sueño que tengo me captura y me provoca descubrir hacia donde mi mente puede estar yendo. Anoche tuve un sueño, AnaCé también y si tú también tuviste alguno, pues te invito a pasar por el blog de AnaCé que promete hacer despertar nuestros sueños que no siempre son tan dulces como quisiéramos: http://blogdeanaceanochetuveunsueno.blogspot.com

marzo 08, 2008

mujeres

Cuando la publicidad se une a fechas de celebración masiva, corre el riesgo de consolidar o deformar el mensaje a comunicar. Difícilmente olvido anuncios sobre fechas especiales que saben dar en el blanco y por oposición difícilmente olvido los que han sido ejecutados o comandados por cerebros no capacitados, carentes de pensamiento actual, inteligente y acorde al ritmo del mundo.
La municipalidad de Jesús María con el fin de no desaprovechar una de las cuantiosas vallas urbanas creyó que un mensaje al cual yo lo considero vacío, atemporal y desequilibrante por el día internacional de la mujer iba a servir de homenaje.
Ver el aviso fue sentir un hincón en mi cerebro que no terminaba ni empezaba a comprender lo que leía. La diagramación del aviso era pobre y, como la mayoría de avisos, lejos de una estética que me genere orgullo. Cuatro imágenes de mujeres en diversas labores reconocibles como bombera, doctora y otras estaban una al lado de la otra para luego leer lo que realmente leí primero la vez que pase junto al anuncio: “las mujeres también forman parte del mundo”. Las palabras se me mezclaban en mi mente y mientras quería interpretar la lógica o sentido del mensaje, bajé la vista para verificar que estaba firmado por el alcalde del distrito: Enrique Ocrospoma. Sabes Enrique, tu mensaje es amorfo, no nos homenajea ni saluda, si es que eso era el fin, por el contrario nos desubica y autocuestiona de lo que somos, fuimos y seremos. La afirmación de tu frase nos niega como existencia previa, ¿a qué mundo te refieres? Si es el mismo que pisan los hombres, pues te cuento que siempre estuvimos en él. Quizás alguna parálisis mental haya afectado tus recuerdos, te invito a despertar y a mirar a tu alrededor.

marzo 07, 2008

vida de maleta


Mi vida de maleta quizás comenzó cuando me quedé muda mirando el mediterráneo y comí en un restaurant donde un mozo vociferaba que él era quien cobraba. Quizás cuando hablé español delante de una compañera que ahora es amiga mía, sin tener la mínima idea que ella no entendía ni una sola palabra. Cuando me decían vamos a apagar con acento nórdico cuando en realidad lo que me querían decir era vamos a caminar. Cuando una ucraniana aseaba la habitación donde alguna vez me tocó vivir. De repente cuando un amigo me llevó a conocer las calles numeradas de La Plata, quizás cuando pisé la universidad donde estudié, cuando gatié en algún aeropuerto, cuando vi llover como en las películas o cuando deje espacios y amigos en los lugares donde trabajé.
Mis temporadas de vida han sido tan diversas y entretenidas. Momentos no tan largos que los capturé y guardé algo de ellos en la maleta de mi vida. Aun queda espacio por llenar, por eso seguiré viviendo o mejor dicho seguiré creando mis recuerdos a cada instante en el lugar donde haya decidido pisar.
Veo venir mi próxima parada, ya voy llegando. La emoción de hacer y rehacer me inquieta. Te animo a que busques tu propia maleta de vida y planea que quieres guardar en ella.