café Rara en San Telmo:
Rara era uno de mis cafés favoritos. Se comía bien, era lindo, estaba cerca del trabajo, me gustaba cómo lucía y sobre todo cómo se llamaba. Una vez le pregunté al dueño porqué le había puesto ese nombre y me respondió que era por todo lo que podía pasar en ese lugar.
Existía hasta hace poco, quedaba en un esquina y de pronto era raro no ver al café allí. Hoy lo extraño y pienso en cómo uno se apega a los lugares y espacios tal como sucede con las personas. Mientras estuve allí fue bueno y al menos pude fotografiar uno de los últimos cafés que tomé.
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